Deben
existir dos factores para que exista el sonido. Es necesaria una fuente de
vibración mecánica y también un medio elástico a través del cual se propague la
perturbación. La fuente puede ser un diapasón, una cuerda que vibre o una
columna de aire vibrando en un tubo de órgano. Los sonidos se producen por una
materia que vibra. La necesidad de la existencia de un medio elástico se puede
demostrar colocando un timbre eléctrico dentro de un frasco conectado a una
bomba de vacío. Cuando el timbre se conecta a una batería para que suene
continuamente, se extrae aire del frasco lentamente. A medida que va saliendo
el aire del frasco, el sonido del timbre se vuelve cada vez más débil hasta que
finalmente ya no se escucha. Cuando se permite que el aire penetre de nuevo al
frasco, el timbre vuelve a sonar. Por lo tanto, el aire es necesario para
transmitir el sonido.
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