El lenguaje sonoro
intenta crear imágenes, propone que un mensaje se adhiera a la
audiencia pasando por el tamiz de los sentidos e impregnándose en el
acervo de la memoria: por la naturaleza propia de sus soportales, el
lenguaje sonoro hace su entrada en la audiencia por la emoción y el
placer. Esto es posible gracias a que sus mensajes se perciben por
vibración de ondas, y las ondas no sólo se escuchan, también se
sienten.
Esta característica de
afectar a lo sensible, también es parte de la naturaleza de los
medios audiovisuales. Pero esto no sucede con el lenguaje escrito,
que es abstracto y se compone de los signos alfabéticos. Su lectura
implica e induce a pensar. El ojose sitúa por encima o enfrente de
los mensajes de los emisores. El oído se mete adentro, se sumerge,
participa y se compromete con los acontecimientos y los mensajes. El
ojo apunta, discrimina y particulariza casi siempre. La mirada se
dirige voluntariamente. El oído es global, aprecia la totalidad del
entorno. El ojo se cierra, se anula, se niega. El oído no puede
dejar de oír, es independiente de la voluntad del sujeto receptor,
se oye siempre.
Todos los sonidos, las
imágenes, los silencios de los mensajes, balo el efecto de ña
electrónica son modulaciones. Estas modulaciones hoy se pueden
manipular casi a total voluntad gracias a la tecnología.
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